Historia: procede más concretamente de los Apeninos
emilianos, de los valles del Taro y del Ceno . Según dicen, los primeros
caballos que habitaron esta zona eran llegados de la Galia belga, en
época de los romanos . A lo largo de los siglos y debido a las
necesidades de la montaña, se fueron transformando en una raza fuerte y
robusta. Durante el siglo XV se intentó ennoblecerla, utilizando para
ello cruces con caballos árabes, con quienes se llegó a conseguir un
enorme parecido físico. La Primera Guerra Mundial supuso un duro golpe
para esta raza, que estuvo en serio peligro de extinción. Sólo los
esfuerzos realizados en las últimas décadas del siglo XX consiguieron su
rehabilitación.
Características:
Capa principal: bayo .
Altura de la cruz: de 138 a 146 cm en los machos y de 134 a 144 en las hembras.
Cabeza pequeña y perfil rectilíneo.
Orejas cortas y de mechón abundante.
Cuello potente y musculoso.
Grupa y dorso musculosos.
Extremidades enjuntas, con caña y cuartilla cortas y articulaciones grandes y gruesas.